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Trip report on Punta Serena, near Manzanillo, México.

November 01 - 05, 2007

SPANISH VERSION (English version is below)

Una vez más, mi esposa y yo tuvimos la oportunidad de disfrutar cuatro días en Punta Serena, que ya es sin dudas nuestro destino nudista favorito.

EL VIAJE. Siete mil espectadores ovacionamos las últimas interpretaciones de Alejandro Fernández después de casi tres horas de concierto en el palenque de las fiestas de octubre, en Guadalajara. A las 3:15 de la fría madrugada del viernes 2 de noviembre, Anabel y yo nos dirigimos a paso presuroso a nuestro carro, para iniciar el trayecto hacia Punta Serena y cambiar en unas cuantas horas el gélido viento tapatío, por la cálida y húmeda brisa marina. Una brevísima escala en la casa nos permitió cambiarnos de ropa y subir el equipaje al coche. A las cuatro en punto salíamos del fraccionamiento en que vivimos y tras una visita a la gasolinera para llenar el tanque y comprar un par de cafés, tomamos la autopista hacia Colima. Antes de diez minutos, mi compañera --de viaje y de mi vida-- estaba profundamente dormida (¡lo que es tener la conciencia tranquila!) y yo comenzaba a devorar los primeros kilómetros del total de 350 que separan la casa de nuestro particular paraíso. El trayecto fue muy agradable, con mi música favorita, escaso tráfico y condiciones climáticas ideales, aunque debo decir que paré incontables ocasiones, ora para comprar coca colas, ora para desalojar la vejiga. La llegada a la costa coincidió con el amanecer, media hora después los ojos de Anabel contribuyeron a iluminar un espléndido día de cielo impecablemente azul. A las 8.15 nos registrábamos en la recepción de Punta Serena.

LLEGADA. Xóchitl, la amable recepcionista que nos atendió, nos informó que debido a que el hotel estaba a su máxima capacidad, no sería posible tener una habitación antes del mediodía. Podríamos, sin embargo, cambiarnos de ropa en el SPA, y empezar a hacer uso de las instalaciones del resort mediante un pago extra de 200 pesos por persona. De otra forma, no tendríamos derecho a realizar consumos sino a partir de las 11 de la mañana. Aceptamos el cargo extra y de inmediato nos dirigimos al restaurante para desayunar. Una fresca ensalada de frutas con queso cottage, jugo natural y chilaquiles con huevo constituyeron nuestro primer alimento del día, aunque en realidad nos nutrió mucho más la vista del mar y cielo azules, desde la privilegiada posición en que está situado el restaurante. Poco más tarde cambiamos nuestra ropa "de ciudad" por pareos y sandalias, y bajamos los 114 escalones que llevan a la playa provistos de toallas, bronceador y unas ganas enormes de disfrutar nuestra primera jornada nudista.

La playa de Punta Serena, una franja de arena de 340 metros de longitud por unos 25 de ancho, que corre en sentido poniente-oriente, con el mar al sur, está delimitada por altos riscos en ambos extremos, lo que la hace prácticamente privada y óptima para el nudismo. Su arena es café claro, bastante fina tratándose del Pacífico, y el oleaje es moderado, aunque arrecia con viento fuerte. Ahora la playa cuenta con 9 palapas rústicas, cada una con un par de camastros de resina con malla elástica, bastante cómodos, de reciente adquisición, que sustituyen a los rígidos y escasos de fibra de vidrio que antes existían; de éstos aún subsisten dos o tres, como recuerdo de los "tiempos duros". A las nueve palapas se suman dos nuevos camastros dobles, de madera, con techo de palma, que sin duda aún esperan sus respectivas colchonetas y cortinas de gasa, como se estila ahora en muchos hoteles y clubes de playa. De momento no hay más que eso. Si los huéspedes requieren bebidas o alimentos, éstos les son provistos en el bar del hotel, donde también ofrecen hieleras, vasos y platos. No hay servicio de meseros a la playa. Esperamos ansiosamente el día en que la administración decida construir un snack bar en la playa, ¡lo único que falta para hacerla perfecta!

Ahora que ya en plan exigente, sería ideal que una persona dedicara un par de horas al día para acondicionar el área de palapas y recoger alguna basura que huéspedes inconcientes no se molestan en colocar en el depósito. Apenas nos habíamos instalado en nuestros camastros cuando conocimos a Ismael y Rebeca, una pareja de León, Gto., en su segunda visita a Punta, y que habían sabido del lugar leyendo algunos reportes de viaje publicados por mí en la Internet. Desde hace aproximadamente un año estábamos teniendo contacto vía e-mail, y ahora tuvimos la oportunidad de coincidir en este destino. Debo decir que fue un afortunado encuentro con un matrimonio sumamente agradable a quienes el nudismo, como a nosotros, les ha "pegado" fuerte. Poco mas tarde llegaron los "profes.", un matrimonio zacatecano que también se aficionó al nudismo y a Punta Serena luego de leer algunos de mis artículos en la red. En su cuarta visita a este hotel, es la segunda ocasión en que coincidimos. Cuando alrededor de las doce del día subí al bar por bebidas y algunas botanas, aproveché para pedir la llave de la habitación, la cual, como nos habían ofrecido, ya estaba lista. Respecto de la habitaciones, apreciamos algunas adecuaciones desde la última vez que estuvimos allí hace 11 meses: el mobiliario ha sido completamente sustituido por elementos de mayor calidad y mejor gusto. La televisión es ahora más grande y moderna, y la programación más variada. La ropa de cama también es nueva, y aunque no puedo asegurar que lo hayan cambiado, nos pareció que el colchón era más confortable. Seguramente también habrán hecho arreglos en la planta potabilizadora de agua, puesto que esta ha perdido el desagradable sabor salobre que la caracterizaba. En resumen, las habitaciones han sido mejoradas sustancialmente. A la habitación llegamos alrededor de las cuatro de la tarde, luego de comer un snack en la playa. Era hora de tomar una merecida siesta, luego de casi treinta y seis horas sin conciliar el sueño. Nos despertamos al anochecer; una excelente cena nos esperaba en el restaurante, después de la cual nos fuimos un rato al jacuzzi. Justo es mencionar que tanto los jacuzzis como la alberca han sido remodelados. Los primeros han sido recubiertos de azulejo travertino, en tanto la alberca, también recubierta del mismo material, tiene ahora un vertedero del lado del mar, que le da continuidad visual al agua de ésta con la del océano. Detalles que muestran el interés de la administración en un proceso de mejoras constantes a las viejas instalaciones.

SÁBADO. Dado que todos los camastros disponibles en la playa estuvieron ocupados el viernes, el sábado me levanté temprano para reservar un par de ellos y una palapa. El cielo sin una sola nube exigía tener sombra disponible para protegernos en las horas de sol más intenso. Después de desayunar y reposar un rato en la habitación, nos dirigimos a la playa. Desde ese momento, decidí andar desnudo todo el tiempo, con excepción del restaurante, en donde no está permitido el nudismo. Me sentí sumamente liberado y completamente confortable. Anabel hizo algunos recorridos (por ejemplo, de la playa a la alberca) sin cubrirse, y no tuvo ningún inconveniente. Ese día, y debido a que el hotel estaba a su máxima capacidad, llegó a haber en la playa hasta 12 ó 14 parejas simultáneamente, con un alto porcentaje (el mayor que he visto hasta ahora en Punta) de nudistas. Podría afirmar que sólo 3 o 4 personas decidieron conservar sus trajes de baño. Ese día subimos a comer al restaurante, lo que no fue necesariamente bueno, ya que el servicio fue especialmente lento. En total perdimos un par de horas de playa, entre la comida y el "show" de vestirse y volverse a desvestir. Reitero mi más ferviente deseo de que pronto instalen un snack bar en la playa. Esa noche usamos por primera vez la recién remodelada alberca, y de nuevo disfrutamos del jacuzzi.

DOMINGO. Ese día no variamos mucho la rutina del sábado, con la diferencia de que las tres parejas de amigos decidimos comer en la playa. El mar estuvo genial, fuerte pero ideal para jugar y dejarse llevar por las olas. Entre las doce y las dos de la tarde la playa comenzó a despoblarse, por los huéspedes que dejaban el hotel. Quedamos solamente unas 6 parejas. Nos subimos al área de alberca y jacuzzis más temprano, lo cual fue una buena decisión. Pudimos observar el espléndido atardecer desde la terraza y dejamos descansar la piel de un exceso de sol y sal. La cena fue larga, buena y divertida; completamente agotados nos fuimos a la cama alrededor de las 10:30 de la noche.

ULTIMO DÍA Y REGRESO. El paquete "Serena Oro" permite, entre otras cosas, un check out a las cuatro de la tarde, lo cual me parece una enorme ventaja sobre la mayoría de los hoteles en donde, al solicitar un "late check out" siempre ponen algún pretexto y en muchos casos cobran un extra nada económico. Aún así, la mañana transcurrió más rápido de lo que nos hubiese gustado. Primero en la playa, con las últimas dos horas en la alberca. Comimos allí mismo, y nos preparamos para la salida. En el trayecto de regreso encontramos un poco más del tráfico usual, pero aún así hicimos el recorrido en cuatro horas hasta la casa, donde de inmediato volvimos a sumirnos en la rutina cotidiana. Anabel fue a recoger a los niños en casa de mi suegra, mientras a mí me esperaba una junta escolar.

CONCLUSIONES.

Accesibilidad: Para nosotros, Punta Serena está a una distancia ideal. El viaje por carretera nos cuesta poco más de mil pesos, incluyendo gasolina y peajes. Los 350 kilómetros desde Guadalajara son por carreteras en bastante buen estado, gran parte sobre autopista de cuota. Quienes no deseen manejar, pueden acceder vía ETN, que tiene varias "corridas" desde Guadalajara, Colima y Manzanillo hasta Barra de Navidad, pudiendo realizar conexiones desde un sinnúmero de ciudades. Por vía aérea, es necesario volar a Manzanillo, ciudad con vuelos directos desde México y Tijuana en nuestro país; y desde Los Ángeles, Houston y Phoenix, en los Estados Unidos. Una vez en el aeropuerto, un taxi le llevará en 45 minutos, por $600, a Punta Serena.

Instalaciones: Aunque quisiéramos que por arte de magia todo el hotel sufriera una remodelación integral, debo reconocer que la administración del hotel realiza un mantenimiento adecuado y parece tener un plan de mejoras que avanza lenta pero constantemente. Como mencioné líneas arriba, el mobiliario de las habitaciones ha sido sustituido; la alberca y jacuzzis notablemente mejorados; el temascal ha sido completamente reconstruido; los camastros de la playa cambiados por unos nuevos y más cómodos, etc. Quedan pendientes algunos muebles confortables en las terrazas de las habitaciones, el tan anhelado snack bar en la playa, mejoras en el salón de juegos, quizás una discoteca que funcione al menos los fines de semana, por no hablar del constante mantenimiento que requiere un edificio con tres décadas de antigüedad.

Servicio: Si algo ha caracterizado a Punta Serena desde nuestra primera visita, ha sido la amabilidad del personal. No con esto quiero decir que sean absolutamente eficientes o súper profesionales, no. Pero tienen algo más importante que eso: una disposición para hacer sentir bien al huésped, que se agradece a cada momento. Mientras no se pierda esta cualidad, podremos disculpar algún retraso excesivo durante la comida del sábado, o el que la camarista haya arreglado la habitación después de las 6 de la tarde uno de los días, o la falta de toallas de alberca la mayor parte de nuestra estadía. Estos detalles, superables, se olvidan fácilmente con una sonrisa de cualquiera de los empleados.

Alimentos y Bebidas: El restaurante Bellavista ofrece los tres alimentos a la carta, con una variedad y calidad bastante buenas. Algunos platillos son simplemente excelentes y sólo unos pocos podrían calificarse como deficientes. Quizá para una estadía larga, el menú pudiese volverse repetitivo, pero creo que es suficiente para hasta 5 días. Por otra parte, las limitaciones de horario pueden resultar incómodas en un lugar en donde la relajación es punto fundamental. Así que de repente uno se siente presionado porque el desayuno deja de servirse a las 10:30; la comida es sólo de las 12:30 a las 15:30, y la cena está disponible de 19:30 a 22:00 horas. Claro que cuando el restaurante está cerrado, funciona el servicio de snack, con quesadillas, tacos, nachos, hamburguesas y ese tipo de "tentempiés".

SPA y Temascal: En esta ocasión, por limitaciones económicas, no tomamos masajes. La ocasión anterior habíamos disfrutado de tratamientos relajantes bastante buenos. Ahora, nuestros amigos de León tomaron el masaje especial Punta Serena, de 90 minutos de duración, en pareja, y nos refieren que estuvo sensacional. Los precios no son bajos, pero se mantienen en los estándares de estos servicios en hoteles de playa. Por otra parte, el viernes por la tarde intentamos reservar espacio en el temascal, y nos dijeron que estaba totalmente lleno, puesto que la capacidad es de 12 personas y ya había 14 registradas. Quedamos en lista de espera. Nos extrañó ver el sábado que sólo 7 personas acudían a la playa al baño de lodo previo al ingreso al temascal, y que nadie nos avisara del hecho. Sentimos haberlo perdido, vale la pena.

¿Qué falta?: Apreciamos el esfuerzo por mantener en buenas condiciones de operación todas las instalaciones. Nos gustaría que se considerara seriamente la instalación de un snack bar en la playa. De momento, al menos unos buenos contenedores para basura, uno para botellas, uno para plásticos y uno más para restos de comida. Una pequeña tienda con artículos indispensables estaría igualmente muy bien vista. Una o dos noches tema por semana, al menos viernes y sábados, con música grabada y de vez en cuando, en vivo. Un mejor mantenimiento de las condiciones de la playa, haciendo énfasis en la limpieza de la misma. Mejoramiento del salón de juegos.

BALANCE. (Calificaciones del 0 al 10) Clima 10 Instalaciones 8 Playa 9 Alimentos y Bebidas 9 Servicio (profesionalismo) 8 Servicio (amabilidad) 10 SPA y temascal 9 Valor por tu dinero 9.

Tendré mucho gusto en responder a sus preguntas o abundar en cualquier aspecto en que pueda ser de utilidad. Gabriel y Anabel Escalante, Guadalajara, Jalisco, México.

ENGLISH VERSION.

Once more, my wife and I had the opportunity of enjoying four days at Punta Serena, which is, doubtless, our nudist favorite place.

THE TRIP. Just after the Anabel's favorite singer show, at 3:15 on the cold early morning of November 02, we got in our car and started on our way to Punta Serena, stopping briefly at home just for change clothes and pick the luggage up. So at four o'clock we were at the gas station, filling the tank and buying two cups of coffee. Minutes later, I was driving on the toll road to Colima, with my wife sleeping deeply. 220 miles ahead the paradise was waiting for us. The journey was very pleasant, with my favorite music, little traffic and excellent weather conditions, I stopped a lot of times either to buy Cokes and to relieve my bladder. The first light of dawn coincided with our arrival to the Pacific coast; a short time later, Anabel eyes contributed to illuminate a splendid day of incredibly blue sky. At 8:15 we were checking in at the Punta Serena reception desk.

ARRIVAL. The very kind receptionist informed us that our room would not be ready until noon. They said we could change at the SPA and use the rest of the facilities paying an extra charge of $400 pesos (about $36 USD) including the breakfast. We agreed and proceeded to the restaurant. Seeing the panoramic view from the restaurant, with fresh fruits and juice, plus great chilaquiles with egg, we forgot the fatigue and we both decided to start to enjoy our vacations. Just after breakfast we went to the SPA and changed our "city clothes" for simple pareos and headed to the beach, 114 steps down stairs.

Punta Serena beach, a land strip 1,000 ft long and 75 wide which runs from west to east with the sea to south, is delimitated at its ends for high cliffs, situation that makes it ideal for nudism. It's sand is light brown, fine enough taking in mind we're at the Pacific, with moderated waves, sometimes stronger because of the wind. Now, the beach has 9 rustic palapas, each one with two new resin and elastic fabric chaise lounges, comfortable, substituting those old and stonehard fiberglass of previous years. There are two new wood king size beach beds with palm roofs, still waiting for mattresses and gauze curtains. That's all at the beach. If a guest wants beverages or food, the hotel provides them in disposable dishes and in an ice chest at the hotel bar, located 114 steps upstairs!. There is no waiter service. A snack bar would make it a perfect beach.

One hour later we met with a couple of Internet friends, who went to Punta Serena for our recommendation; it was their second trip. Around noon, arrived a couple we met during our last visit, who discovered nudism reading some articles written by me, and now are good friends of us. As promised, the room was ready just after noon; they have had some improvements since our last visit: furniture is new; TV is larger and with more channels, mattress and bed whites are new too, and tap water has not the bad flavor it used to have, probably due to a new purification system. I put the luggage in the room, but went back to the beach immediately. At 4 PM, after some snacks and a couple of beers, it was time for a nap, after almost 36 sleepless hours. We woke up at dusk; an excellent dinner was waiting for us at restaurant. After dining, we went to the jacuzzi. I want to mention that the jacuzzis and pool have been refurbished, being recovered with small "travertino" tiles. The pool now has a "vertedero", which gives to the water a visual continuity with the sea. Those details show that management is immersed in a continuous process of maintenance and improving of those old facilities.

SATURDAY. All the chaise lounges were booked Friday and the hotel was at its maximum capacity, Saturday I woke up early to reserve a couple of them and a palapa. Cloudless sky made them an indispensable shadow for protection at the most intense sun hours. After breakfast and a while at the room, we headed to the beach. From the moment I left the room, I decided to spend all the time nude, with the exception of the restaurant, where clothes are mandatory. I felt very liberated and plenty comfortable. Anabel walked sometimes without covering and she didn't have any inconvenience. That day, with the hotel fully booked, there were moments with up to 12 or 14 couples at the beach, with a very high percentage of nudists. I'd say that only 3 or 4 people decided to wear swimsuits. That day we had lunch at restaurant, not necessarily a good decision, because the service was especially slow. We lost 2 hours of beach, adding the lunch and going to the room to dress and undress. I repeat my wishes for a snack bar at the beach. That night we swam for the first time in the renewed pool, and went to the jacuzzi one more time.

SUNDAY. Similar routine as Saturday, with the difference of having lunch at beach, with the two couples of our friends. Sea was ideal for playing at the shore. Between noon and 2 PM, beach started to empty because of people checking out. We left only 6 couples. We headed to the pool area earlier than yesterday, a good decision. We enjoyed the splendid twilight from the terrace, and permitted the skin to rest from an excess of sun and salt. Dinner was good, long and funny. Completely tired we went to bed around 10:30 PM.

LAST DAY AND RETURN HOME. "Serena Oro" package allows guests to check out at 4 PM, a great advantage!. Even, morning ran faster that we'd like. First hours at the beach and last at pool. We had lunch beside the pool and then we prepared for checking out. We encountered more traffic than usual in the return trip, but we made it all the way in a little less than 4 hours. As soon as we arrived home, immediately were immersed in the routine: Anabel went to mom's home for the kids, while I went to a school meeting.

CONCLUSIONS.

Access: For us, Punta Serena is at an ideal distance. Road trip is inexpensive and safe; we spend around 95 dollars including gas and toll roads. For those who don't want to drive, ETN, a luxury bus line has a wide schedule from Guadalajara, Colima and Manzanillo to Barra de Navidad, a town 20 miles from Punta. By plane, there are direct flights from Mexico City, Tijuana, Los Angeles, Houston and Phoenix. Once in the airport, a taxi will cost $60 dollars for the 30 mile trip.

Facilities: We'd like the whole hotel to be magically refurbishing but I must accept that the management has a constant maintenance program, slow but permanent. As I mentioned lines up, rooms furniture has been changed, pool and jacuzzis have been remodeled, temascal is completely rebuilt, beach chaise lounges are new, more comfortable, etc. We'd like some new furniture at the rooms terraces, the desired snack bar at the beach, some refurbishing of the games room, and probably a discotheque at least on weekends, besides the regular maintenance for a 30 year old building.

Service: The best of Punta Serena since our first visit has been the kindness of the staff. I don't mean they are a very professional or efficient team, no. But they all have something much more important: an attitude for making the guests feel welcome; we thank them for that. While they don't lose that feature, we may excuse mistakes or delays during meals, or the fact the maid have cleaned the room at 6PM, or the shortage of beach towels most of our stay. Those details are easily forgettable with their smiles.

Food and Beverages: Bellavista restaurant offers the three meals "a la carte", with a wide variety and good quality of food. Some dishes are really excellent, only a few are deficient. Maybe for a long stay it could be repetitive, but it's enough for a 5 day stay. On the other hand, the schedules of the restaurant may be inconvenient at a place where relaxing is a fundamental issue. So you may feel pressured because breakfast stops at 10:30; lunch is from 12:30 to 15:30 and dinner is only available from 19:30 to 22:00. When the restaurant is closed, there is a snack service, with quesadillas, tacos, nachos, burgers and that kind of dishes. Bar has continuous service from 10 AM to 11 PM or so.

SPA and Temascal: This time, for budget reasons, we didn't take any massage. Last time we've enjoyed relaxing treatments, good enough. Now, our friends from Leon City took the special couples 90 minute massage and said it was great. Prices are not a deal, but are the standard in that kind of resort. We tried to take the Saturday Temascal, but when we went to make reservations, they said it was booked (12 people is its capacity) with 14 people. We went on the waiting list. Nobody called us, and when we were at the beach, we could see only 7 people taking the mud bath previous to the temascal. What happened? We don't know. We were sorry about missing it, it is worth it.

Wish List: We appreciate the effort for maintaining the facilities in good operation condition. We'd like them to seriously consider the installation of a snack bar at the beach. Meanwhile, at least good trash containers: one for bottles, one for plastics and a third for organic waste. A small store with indispensable articles and some clothing would be nice. One or two "theme nights" a week, at least Friday and Saturday, with recorded music and sometimes, live music. A better maintenance and cleaning of the beach. A better games room.

BALANCE (Notes from 0 to 10) Weather 10. Facilities 8. Beach 9. Food and Beverages 9. Service (professionalism) 8. Service (kindness) 10. SPA and temascal 9. Value 9.

I'll be glad to answer and extend any issue you would like to know. Gabriel and Anabel Escalante Guadalajara, Jalisco, México.

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